Qué hacer, y qué dejar de hacer, para trabajar en presente (y disfrutar en el empeño).
Al margen de las nuevas generaciones y nuevos procesos, es de vital importancia establecer un cambio de mentalidad profundo en las organizaciones y en sus directivos.
El famoso cambio debe estar irremediablemente acompañado de fórmulas notorias y efectivas de participación por parte del capital humano de las empresas, desde la gerencia hasta la plantilla base en su totalidad.
En nuestra especialidad vinculada a la Empresa Familiar, entendemos que la gestión del cambio no solamente se vincula a la adaptación de la empresa a los cambios surgidos por la innovación tecnológica sino también a los cambios de orden económico y socio-cultural.
En el nuevo paradigma del siglo XXI la empresa familiar se ha reinventado, se enfrenta a nuevos retos en un entorno socio-económico diverso, afronta movimientos internos de índole familiar que tienen afectación directa o indirecta en la operativa de la empresa y afronta a su vez movimientos externos de modificación jurídica de la empresa origen.
El cambio debe ser una capacidad integrada y entrenada en las empresas para seguir en la línea de la competitividad. Es un mandatory y no una necesidad puntual.
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